miércoles, 7 de abril de 2010

¿Qué ocurre en el Valle de los Caídos?



Aspecto que tendrá Valle de los Caídos cuando terminen las obras del gobierno.


Desde hace ya algún tiempo se vienen sucediendo acosos a los monjes del Valle, obras que no comienzan y amenazas de desmontar la piedad de la entrada a la basílica, cierre de la entrada, apertura temporal para asistir a misa, y de nuevo cierre, con la amenaza de que, de no dejar desmontar la piedad, (que llevaría a su destrucción según la Fundación Avalos), se cerrará la entrada a la basílica. El odio visceral no es ya a los símbolos políticos, sino a los religiosos, el odio a la religión llevará a atacar a todo lo sacro primero y a los cristianos después, Nerón ha vuelto, Zapatero y sus amigos son aliados del diablo, ellos atacan, los católicos retroceden y ceden, tal vez cuando vuelvan a profanar y quemar iglesias, cuando vuelvan a dar paseillos con tiro en la nuca incluido a los católicos, tal vez, entonces despertemos de este letargo.

Memoria histórica: hay que recordar al gobierno responsable de todo esto, lo siguiente:
En el Valle de los Caídos:
No es cierto que alguien fuera sometido a trabajos forzados.
No es cierto que allí murieran centenares de obreros; hubo 14 accidentes mortales.
Gran parte de los reclusos continuaron trabajando en las obras tras alcanzar la libertad condicional.
Los reclusos trabajadores percibían un jornal igual al de los obreros libres y se beneficiaban del subsidio familiar, pagas extras, pluses por carestía de vida, horas extraordinarias, seguro de enfermedad y accidentes de trabajo, etc.
El Patronato para la Redención de Penas por el Trabajo concedía hasta cinco días de redención por cada uno trabajado.
El Decreto de 28 de mayo de 1937 estableció el derecho al trabajo de los prisioneros de guerra y presos no comunes, no la obligatoriedad.

Copio la nota de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos que es muy clarificadora para aquellos que no estén al corriente de lo que está sucediendo

EL MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA DEL GOBIERNO DEL REINO DE ESPAÑA HA MENTIDO Y CONTINÚA CERRADA LA BASÍLICA PONTIFICIA DE LA SANTA CRUZ DEL VALLE DE LOS CAÍDOS
Desde el Ministerio de la Presidencia se le había asegurado al Excmo. y Rvdmo. Padre Abad de la Basílica Pontificia de la Santa Cruz en el Valle de los Caídos que, a partir del pasado uno de marzo, se abrirían las puertas de la Basílica para el culto de los fieles y a sus numerosos visitantes, recuperándose la normalidad que sin autorización ni consentimiento del Padre Abad ni de ninguna otra autoridad eclesiástica, había sido unilateral, ilegal y fraudulentamente alterada e interrumpida, todo ello por órdenes directas emanadas de la Subsecretaria del Ministerio de la Presidencia, vulnerándose de esta forma la inviolabilidad de un lugar de culto así como la libertad religiosa y de culto de los fieles.

He de transmitirles que no sólo no han cumplido su palabra sino que prosiguen con el hostigamiento, persecución y deleznable intento de amedrentamiento del Padre Abad y de su Reverenda Comunidad Benedictina, bajo cuya autoridad eclesiástica se encuentra el mencionado lugar de culto que es el Valle de los Caídos y bajo cuya custodia se encuentran sus bienes y diversas instalaciones.

Desde el Ministerio de la Presidencia y Patrimonio Nacional, posteriormente al mencionado cierre se trató de justificar éste alegando un supuesto riesgo en la estructura del interior de la Basílica que podría afectar la seguridad en su interior, falaz artimaña que fue rotunda y rigurosamente desmontada, con el debido rigor técnico, en el informe técnico solicitado por la comunidad benedictina a profesionales cualificados en la materia, los cuales dejaron asentado en su informe que no se ha detectado riesgo alguno respecto de su estabilidad y que, por lo tanto, no existe problema alguno para la seguridad de nadie en el interior de la Basílica, sino todo lo contrario.

A la vista del mencionado informe, Patrimonio Nacional por órdenes de sus superiores “trasladó” la supuesta inseguridad a la escultura religiosa “La Piedad” ubicada en la entrada de la Basílica, escultura que había sido restaurada por ellos mismos unos meses antes y a la que habían dejado protegida con una malla metálica protectora.
Ahora se le presionaba a la Comunidad Benedictina en el sentido de que debían aceptar el desmontaje de “La Piedad” si querían que se reabriera al culto normal la Basílica, o de lo contrario deberían atenerse a las consecuencias de no acceder a la nueva y singular ocurrencia.

La Reverenda Comunidad Benedictina, habida cuenta el importante y profundo significado religiosos de “La Piedad” y el bien artístico y cultural de que se trata, el cual está bajo su custodia, encargó dos informes técnicos con respecto a “La Piedad”, uno de ellos elaborado y firmado por la “Fundación Juan de Ávalos” y el mismo arquitecto Juan de Ávalos, propietarios intelectuales de la mencionada obra de arte, informes de los cuales se desprende la absurdidad e innecesaridad técnica de tan riesgosa como inexplicable operación.

No se trata, pues, sino de ocurrencias una detrás de otra, con un solo y exclusivo objetivo: mantener cerrado al culto normal la Basílica Pontificia de la Santa Cruz; alterada la normalidad de ese lugar sagrado; vulnerada la inviolabilidad de ese lugar de culto; cercenado el derecho de los fieles a la libertad religiosa y de culto; afectado el turismo y visitas a dicho lugar; así como manteniendo al Padre Abad y la Reverenda Comunidad Benedictina allí asentada, así como a los cuarenta escolanos y a sus familias, en un estado de creciente ansiedad y angustia emocional y presión psicológica, donde no han faltado las vejaciones, groserías y ultrajes.
Todo ello en flagrante violación del Código Penal (Arts. 522, 523, 524, 525), de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa (Arts. Primero, Segundo, Tercero), de la Constitución Española (Arts. 14, 16), de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Art.18), del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Art. 18, 20), de la Ley de la memoria histórica (Art. 16), del Acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede sobre asuntos jurídicos (Art. 1), así como otras leyes y reglamentos de la Comunidad Autónoma de Madrid y del Ayuntamiento de El Escorial.
Y lo que es más sorprendente y ciertamente curioso, en flagrante violación con la Ley de la memoria histórica, aprobada por las Cortes generales el 26 de diciembre de 2007, cuyo Artículo 16.1 reproduzco:

“Artículo 16. Valle de los Caídos.
1.El Valle de los Caídos se regirá estrictamente por las normas aplicables con carácter general a los lugares de culto y a los cementerios públicos.”
¿Y ante esta lamentable y peligrosa situación qué podemos hacer los españoles que, creyentes o no creyentes, amamos la libertad y el Estado de Derecho que se supone impera en España?

En nuestra opinión, de momento, sólo seis cosas:
1º- Estricto respeto a la legalidad vigente.

2º- Confianza en las autoridades eclesiásticas que están trabajando sin descanso en que se restaure la normalidad en la Basílica Pontificia de la Santa Cruz y en el conjunto de ese lugar de culto denominado Valle de los Caídos.

3º Pedir al resto de la fuerzas parlamentarias, especialmente al partido de la oposición, que no permitan bajo ninguna circunstancia que se vulnere, de forma tan burda como ridícula, el inalienable derecho de los españoles a la libertad religiosa y de culto y la inviolabilidad de los lugares de culto.

4º- Acudir todos los fines de semana a la Celebración Eucarística que se celebra todos los días en la mencionada Basílica a las 11:00 horas de la mañana, aunque haya que sufrir las molestias derivadas del injustificado y no autorizado cierre de la puerta principal de la Basílica.

5º- Llegado el caso, exigir nuestro inalienable derecho a la libertad de culto y a la inviolabilidad de los lugares de culto, en los Tribunales de Justicia Españoles así como ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, para lo cual se está preparando una Plataforma Ciudadana que, de no volver las cosas a la normalidad como es de justicia y de puro sentido común, se pondrá a disposición de los españoles que, católicos o no,convengan en exigir a sus gobernantes el respeto a la Ley y al inalienable derecho de todos a la libertad religiosa y de culto.
6º- Los creyentes, además y por encima de todo, rezar y poner toda la confianza en la misericordia del Señor.